domingo, 20 de noviembre de 2011

Otro relato más

Suave y hermoso, pero maldito.     (No me gusta el título, pero bueno...)

         Apestaba a orín y heces, a sudor y miedo. Estábamos encerrados en jaulas. Con un cuenco de comida y otro de agua. Y mierda por todas partes.

         Y miedo. Porque sabíamos lo que ocurriría. Se abriría la puerta,  entraría un hombre enorme, cogería a algunos de nosotros y...No sabíamos que hacía con los que se llevaba, pero oíamos los gritos de agonía. Hasta que el silencio caía cuál sábana mortuoria.

         Ese día estuve entre los elegidos. Nos llevó a una sala que apestaba a sangre y nos encerró en otra jaula. Agarró a uno de nosotros. Chillaba. Lo golpeó. Ya no chillaba, pero aún vivía. Cogió un cuchillo y le arrancó su suave y hermoso pelaje.

         Después vino a por mí. Le mordí y arañé. Sabía que era inútil, pero después de ver lo que iba a hacerme al menos quería hacerle yo algún daño. Enfadado, me agarró por la cadera, levantó el brazo y, de un golpe rápido y seco, reventó mi cabeza contra el borde de la mesa.


     Y ahí es donde acabó nuestro protagonista. 

      Porque a veces los monstruos de los cuentos somos nosotros... todo depende del punto de vista.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Related Posts Plugin for WordPress, Blogger...