El nuevo (bueno, ya no tanto) libro de J.K. Rowling

The Casual Vacancy by J.K. Rowling
My rating: 4,5 of 5 stars

No es la clase de libros que me suelo leer y la verdad es que la sinopsis no me parecía demasiado emocionante, he de admitir que si no fuera por que es de J.K. Rowling el libro no se hubiera llevado ni un segundo vistazo por mi parte (además la portada es bastante sosa). Y menudo error hubiera sido.

Es un libro realista, nada que ver con la fantasía épica o la ciencia ficción repleta de acción y mundos fascinantes a los que estoy acostumbrado. Pero está escrito maravillosamente bien, con unos personajes muy bien desarrollados (en ocasiones quizá un poco estereotipados) y un pueblecito con una estructura social muy bien explicada. Son historias mundanas, sin buenos ni malos absolutos, historias extrapolables a tu propio barrio.

 Muestra de una manera sorprendentemente interesante todos los cotilleos y rencores entre los habitantes del aparentemente idílico pueblecito de Pagford, haciéndote soltar alguna que otra carcajada con las pullas, comentarios y pensamientos mordaces que se van soltando unos a otros. Todas las familiar tienen sus secretos y sus intenciones más o menos oscuras. Historias ocultas en ocasiones bastante sobrecogedoras, malos tratos, problemas maritales, la adolescencia y la inagotable cantidad de problemas que parece acarrear... sueños insatisfechos y fantasías eróticas (normalmente también insatisfechas) que, a pesar de lo triste que resultan, están muy conseguidos. La verdad es que en general es bastante profundo, consigue mostrarte el lado bueno y malo de cada personaje, sus motivaciones, sus miedos (al principio cuesta un poco seguir a tanta gente)... Aunque no dice mucho a favor de la condición humana, no sé si es que la autora está un poco resentida con sus vecinos...

Dicho así el libro quizá no parece demasiado excitante, pero os aseguro que merece la pena (no entiendo por qué tiene una nota tan baja). Eso sí, no os esperéis ningún parecido con Harry Potter. Tiene momentos de todo (salvo dragones y mundos explotando), de risa, tensión, tristeza, sorpresa... momentos "Oh Dios mío como puede ser tan zorra/capullo!!" o "te lo mereces, cabrón". Momentos preciosos y momentos sobrecogedores. Un libro muy completo.

Con un final fantástico.

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Alargar un poema

Bueno, creo que el título no necesita mucha explicación de en qué consistía el ejercicio. Me gusta bastante como me quedó este, por eso lo he dejado para el final  ^^

De ti depende 

Si vas de prisa                

el tiempo volará ante ti

como una mariposa esquiva,

si vas despacio

el tiempo irá detrás de ti

como un buey manso.

Si vas conmigo

la alegría iluminará mi rostro

como el sol una tarde de domingo,

si vas con otro

la oscuridad nublará mis ojos

como una tormenta de otoño.

Si me sonríes

de felicidad se henchirá mi pecho

como un globo repleto de aire,

si no lo haces

en el abismo se hundirán mis sueños

y no volveré a sonreír a nadie.

Vayamos juntos

a ser felices para siempre,
a reír como ya no lo hace nadie

a vivir un sueño inacabable…

Vayamos juntos

tú y yo solos por el mundo.

Huevos fritos

  Había que escribir algo cotidiano, así que tampoco quedaba mucho lugar para la imaginación...

Huevos fritos

             El aceite comenzaba a chisporrotear en la sartén. Puso el extractor en marcha, inundando la cocina con su molesto ronroneo, y cogió un par de huevos del frigorífico. Con soltura los cascó contra el borde de la sartén y separó ambas mitades de la cáscara, dejando el viscoso interior caer sobre el aceite caliente a una distancia tal que no salpicara.

                Inmediatamente la clara comenzó a blanquear por las orillas. Freidora en mano, fue echando el aceite caliente sobre los huevos y removiendo la sartén. Cuando toda la clara se volvió blanca como la nieve los sacó con la freidora, dejándolo un poco en el aire para que se escurriera bien el aceite, y los puso en un plato. Les echó un pellizco de sal, cogió un trozo de pan y un tenedor y se fue a la mesa.

                Arrancó un pellizco de pan y lo apretó contra la yema, que reventó inundando el plato con su contenido naranja intenso. Impregnó bien el pan con este delicioso líquido y se lo llevó a la boca, relamiéndose ante el intenso sabor. Era lo que más le gustaba de los huevos fritos.

¡Qué felicidad!

Bueno, este poemilla es tan cutre que ni siquiera se merecería una entrada para el sólo, pero aquí está. En el ejercicio te daban el "¡Qué felicidad!" y tú añadía el renglón siguiente. No tiene más.

¡Qué felicidad!

Me compré un vestido.

¡Qué felicidad!

Me voy a casar

¡Qué felicidad!

Ya está aquí mi novio.

¡Qué felicidad!

Que me va a besar.

Hastío

         

    Esta actividad estaba pensada para niños bastante más pequeños. Te daban 4 viñetas bastante poco inspiradoras (una mujer (fea, fea, fea) yendo a comprar,cocinando y comiendo con otra persona). Y tenías que escribir la historia. Había poco espacio y poco tiempo, por eso es tan escueta. Pero me gusta.

Hastío

     Doña Josefa fue a comprar la comida para su hijo desagradecido, como todos los días desde hacía veinte años. Tras la charla insulsa de rigor con el tendero, se dirigió casa arrastrando los pies.

     Mientras cortaba las salchichas para que su hijo mimado no tuviera que esforzarse demasiado en masticar se cortó con el cuchillo. Viendo la sangre correr lenta y espesa por su dedo tuvo una extraña sensación. Con la mirada vacía, cogió el arsénico del armario (¿quién no guarda un poquito de arsénico para ocasiones especiales?) y se lo echó a la comida.

      Llevó los platos al comedor y llamó a su hijo. Junto, comieron sin dirigirse la palabra; el hijo mirando embobado la tele y la madre llorando en silencio.

Maleta poeta

   En esta actividad había que hacer un poema incluyendo unas palabras dadas. Parece bastante complicado, pero una vez te pones sale. Conseguí meter todas menos caracol. Para no tener práctica en esto de escribir poesía estoy bastante contento con el resultado. Os dejo las que creo que eran las palabras, por si queréis probar (y dejar los resultados en los comentarios!!)

Otoño                    Invierno            Ventana              Caricia               Reflejo             Luna           Primavera             Brisa              Verano             Arena                Estrella                Ardiente                   Suave                  Pájaro               Abismo                Pena               Agonía              Cuna                Caracol             Noche            Sol                    Cumbre               Sueño

Sueño de una noche de invierno

El otoño dio paso al invierno

que extendió sus dedos helados por el ventanal.

Apenado, miraba mi reflejo en el espejo de hielo

soñando con la suave caricia del sol de primavera,

con el trino de los pájaros en la cumbre del verano,

con el murmullo de las olas en la ardiente arena,

con la brisa de la luna en mi pecho estrellado…

He aquí yo, en el demente abismo del invierno,

en la desesperada agonía de un día sin sol,

de una noche sin luna, de un pensamiento helado en la cuna.

He aquí yo, atrapado en este frío eterno.

El hombre lobo

              La luna estaba a punto de salir. Nervioso, comprobó que todos los cerrojos de la puerta estuvieran echados y la ventana tapiada. De repente, un latigazo de dolor lo dejó postrado en el suelo. Ya empezaba. Sus escuálidos músculos se fueron hinchando grotescamente, su pálida piel se fue cubriendo por un vello más y más espeso, que se fue extendiendo por todo su cuerpo. Un dolor lacerante le recorrió la columna, obligándole a encorvarse y apoyar sus manos, ahora ya casi garras, en el suelo.

                Escrutó con sus ojos amarillos la estancia a oscuras. No había absolutamente nada. Se lanzó furioso contra la puerta, arañándola hasta que las garras le sangraron. Lanzó un aullido de frustración, que retumbó dolorosamente en la pequeña habitación sin mobiliario. Empezó a atacar los tablones que tapiaban la ventana. Tenía un hambre atroz. Pronto se dio cuenta que por las orillas era posible agarrar los tablones con los dientes y arrancarlos. Fue abriéndose paso con un ansia voraz. La luz de la luna se filtraba por los huecos que iba abriendo, animándole a seguir. Finalmente se lanzó contra el cristal de la ventana, rompiéndolo en pedazos.

                Atravesó el cristal y cayó a la calle con una suavidad sorprendente, seguido por una lluvia tintineante de brillantes esquirlas de cristal. Estiró su grotesco cuerpo y se dejó embriagar por la abundancia de olores y sonidos, por la magia de la noche. Se relamió los dientes y, con un aullido de satisfacción que resonó bajo la mirada de la luna, se lanzó a la caza.